AUTO COACHING SISTÉMICO

De mi trabajo terapéutico de años con Luis Bueno, experto en hipnósis
erikssoniana, quiero compartir tres preguntas que me hace siempre
sobre un asunto, una creencia, mi posición en un conflicto, y que voy a
comentar:

1. ¿Es verdad?

La historia que te cuentas es la que cuenta.
Al cerebro le gusta cerrar los asuntos para irse a dormir tranquilo.
Sostener la incertidumbre es cansado.

Nuestro mundo es un relato en el cual adoptamos la posición de
víctima o de héroe/heroína. Necesitamos narraciones épicas de lo que
hemos padecido (del griego “atravesar”).

A las personas nos gusta el cotilleo, tenemos una función cerebral tan
potente (células espejo), que estamos todo el día a la “caza” de
historias. Solo mencionar que me he vuelto adicto a las series…
Por lo tanto es natural que etiquetemos cualquiera de nuestros relatos
como verdad. Y en realidad lo son….quizás hasta el momento que te
haces esta pregunta. Se dice que completamos nuestra infancia con
los relatos que nos hacen los mayores sobre como éramos de niños o
de niñas.

2. ¿Es tuyo?

¿El relato que te cuentas es realmente tuyo?
Para pertenecer tenemos que hacer “nuestros” los relatos que dan
forma a nuestros sistemas, cualquiera que sea. Somos leales a estos
relatos en los cuales ocupamos un lugar “privilegiado” como
protagonistas o co-protagonistas.

A veces ese lugar es de víctima o significa cargar con la carga de otros
o seguir comulgando con los valores que la hacen importante y por la
cual se nos otorga pertenencia. Esto me recuerda el guión de la novela
de García Márquez “El Coronel no tiene quién le escriba”, o a la del
soldado japonés “Onoda” que siguieron en guerra cuando el mundo
ya estaba en paz. Siguieron años comportándose como militares en
guerra. A veces es tan simple como preguntar si con un cambio de entorno,
mi lugar sigue siendo el mismo.

También es cierto, en mi caso, “que pasaba por allí”, y quedé pillado
con la situación. Y si en su momento recibí un buen reconocimiento
en forma de pertenencia, pues allá que hago mío el relato que me
vincula, aunque ahora ya no es mío, ya no ocupo ese lugar. No ejerzo
esa función…solo pasaba por allí.

Por lo tanto, es también natural, que alarguemos en el tiempo
narrativas que ya no son nuestras, pero creemos que nos dan
pertenencia. Ser desleal a ciertos relatos es un buen paso.

3. ¿Es Útil?

Si la relación con una persona, narración o situación ya no es
correspondida, algo nos puede decir que ya está caduca.
Me encuentro a veces, representando roles, que ni siquiera son útiles
para otros o que ya no me siguen siendo solicitados.

Como consecuencia, tengo expectativas de reconocimiento que no
van a llegar pues para el otro son invisibles. Arriesgarnos a
simplemente indagar si sigue siendo importante ejercer un lugar ya es
un gran cambio de perspectiva. Muchas veces en mi enfado me he
encontrado con la pregunta: ¿Y quién te pidió eso?

Y respecto a un relato, a una narrativa, no dejo de sorprenderme la de
veces que sigo sosteniendo a otros en una especie de idealización que
me ata a mi lugar de salvador.

Finalmente, ser asertivo es cortar con relaciones no-recíprocas, con
narraciones con un contexto caduco, con lugares y roles que nadie nos
ha solicitado…o que simplemente ya no deseo.